Cuando lo hayamos encontrado, debemos cortarlo según las dimensiones que necesitemos. No conviene que el tamaño sea muy grande porque es mejor pirograbar sobre una superficie rígida horizontal y necesitaremos ir girando continuamente la madera. Tras esto, debemos lijar la superficie con una lija muy fina que no deje surcos (aconsejo la esponja de lijar «ultrafine» de 3M). Con ello conseguiremos que la punta del pirógrafo se deslice con suavidad por la superficie, quemando la madera de modo uniforme.