A continuación, comenzamos a pirograbar intentando dejar casi terminada la parte que trabajemos. Para este pirograbado, vamos quemando cada pelo con suavidad en la misma dirección que tiene éste en la realidad, desde la raíz a las puntas, girando la madera cuando sea necesario. Es preferible que los trazos no sean demasiado intensos de tono, pues no podremos borrar, pero sí oscurecer más alguna zona si lo necesitamos.