Podemos lograr las zonas más oscuras aumentando la intensidad del pirógrafo, pasando la punta más lentamente sobre la parte que deseamos oscurecer o pasando más veces la punta por la zona, hasta obtener el tono deseado. Tenemos en cuenta que el volumen se consigue con el contraste entre luces y sombras: zonas más claras y más oscuras. Pero es importante que la transición entre la luz y la sombra no sea muy brusca, sino gradual para obtener un volumen, un efecto redondeado.